COMENTARIOS DE SEMIH KAPLANOGLU

Anatolia
Rodé Yumurta/Huevo y SÜT/LECHE, las dos primeras partes de lo que llamo la trilogía “Yusuf”, en las tierras interiores de la costa del Egeo. Es una región donde crecen sobre todo olivos, higueras y viñas. Ambas películas transcurren principalmente en la pequeña ciudad de Tire, una comunidad rural que refleja a la perfección las características históricas, culturales y artesanales de la región, actualmente en pleno proceso de modernización. Mi padre nació allí. Aún existe la casa donde creció. Todavía hoy, esta pequeña ciudad está salpicada por numerosas señales del pasado. Por una parte están las pequeñas tiendas artesanales y tradicionales, y por otra, las fábricas y las minas que han empezado a invadir las fértiles tierras de labranza. Hasta hace 30 ó 40 años vivía una importante comunidad “roum” (griegos de Anatolia) y otra judía en la ciudad, considerada un importante centro del sufismo con numerosas escuelas religiosas. En esta región lo moderno y lo tradicional coexisten.

Los cambios en las zonas rurales

Las zonas rurales de Turquía, sobre todo en el centro de Anatolia, han experimentado enormes cambios sociales, económicos y culturales durante los últimos años. Ha surgido un nuevo modo de vida en estas pequeñas ciudades o grandes pueblos acostumbrados a depender únicamente de la agricultura y del ganado, debido a la instalación de fábricas, construcciones de presas y apertura de minas en la región. Las nuevas posibilidades de trabajo y la dinámica que implica un importante movimiento migratorio han afectado a las estructuras familiares, hasta ahora una fortaleza inexpugnable de la tradición.

El choque entre la tradición y la modernidad
Implanté esos cambios en el corazón del joven poeta Yusuf y en el corazón de su madre, Zehra, una mujer que ansía otro modo de vida. El conflicto del que es presa el joven Yusuf, debido al choque entre lo tradicional y lo moderno, es compartido por innumerables jóvenes en Turquía. Las nuevas costumbres no solo han llevado cambios económicos a la zona, sino también a la forma de vida tradicional. Mientras unos ven el cambio de la agricultura a la industria como un rayo de esperanza, un vehículo enviado por el cielo hacia un “brillante futuro”, otros creen que estos importantes cambios solo han traído el caos y los conflictos.

Las relaciones entre madre e hijo
Quería retratar el doloroso cambio que padecen las relaciones entre madre e hijo en la Turquía actual. La relación entre madre e hijo puede ser difícil y sorprendente, con momentos felices y momentos tristes. Yo también me he visto envuelto en estas contradicciones inextricables. Estas oleadas cambiantes no solo lanzan nuestras identidades contra muros, también son los trampolines desde los que podemos escribir historias acerca de los cambios que se generan. La relación entre madre e hijo en la cultura de Anatolia es muy diferente y mucho más profunda que en otras culturas. En nuestra cultura, la figura de la madre simboliza conceptos como tierra, nación; tiene un valor sagrado. El significado profundo de la palabra madre se basa en el honor familiar, la moralidad, las costumbres y las tradiciones.

Leche
Durante toda su vida, un hijo depende de su madre para obtener “leche”. No importa la edad que tenga, siempre puede pedir y recibir ayuda del pecho de su madre (figurativamente hablando). Siempre tendrá un trato preferencial, siempre tendrá protección. Perder la leche materna es uno de los precios que impone la vida moderna. Como es natural, los cambios sociales llevan a la madre a descubrir que es mujer. Con la madurez del hijo, los intereses de esa nueva mujer toman otra dirección, y cuando eso ocurre, ¿puede el hijo mantenerse de pie solo? A mi entender, la relación tradicional turca entre madre e hijo es una de las razones por las que a la juventud de este país le cuesta tanto trabajo realizar la transición mental entre la niñez y la edad adulta.

A través de los ojos y del corazón de un poeta
Cuando era joven, escribía poemas. La gran mayoría no los leyó nadie y algunos se publicaron en revistas literarias. Para mí, la poesía siempre ha sido instintiva, una unidad de medición interna. Quizá por eso, el personaje de Yusuf es poeta. Otra razón es mi deseo de describir la temporalidad rural y la pérdida de la figura de la madre a través de los ojos y el corazón de un poeta.

Armonía entre los elementos
Los personajes, los rostros, los lugares, las estaciones, la luz, los movimientos de la cámara y el guión deben funcionar como un todo, deben crear una unidad, fundirse los unos en los otros para dar a luz un sentimiento a partir de dicha fusión. La armonía entre los elementos es esencial. Solo entonces, la imagen es capaz de contener lo invisible. Yusuf es un joven que no puede decidirse entre la naturaleza y la vida moderna. Todo parece alejarle del estilo de vida tradicional al que está acostumbrado, de la tierra, pero realiza un viaje que le permite explorar su naturaleza interior. Lo que le apartará de la violencia y del crimen también es un don de la naturaleza. Lo que convierte a una imagen en algo más que una simple fotografía o paisaje es la existencia presentida de lo invisible. Y eso es lo que humildemente intento capturar en mis películas.

No solo en este mundo
Creo que la materia prima del cine es el tiempo. Nuestra visión del tiempo nos define. Creo que la vida de los seres humanos no está ligada únicamente a este mundo. Hay un antes y un después. Los factores que determinan nuestro presente están firmemente relacionados con el pasado y el futuro. Las respuestas a nuestras preguntas existenciales no pueden estar limitadas al mundo físico que percibimos. No solo vemos el mundo con los ojos, sino con los sueños. Creo que la fe o su ausencia tiene mucho que ver con las decisiones de mis personajes. Quiero que exploren, descubran y muestren la belleza de la vida que se nos ha insuflado y que hemos traído a este mundo al nacer. Existe un punto en común, una fuente única que comparten todas las culturas, las tradiciones, los sueños y las creencias.

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